“El Campo no da más”: SAN A.G llama a la autoridades a enfrentar la inseguridad

En la madrugada de este domingo, un grupo de delincuentes perpetró un millonario robo en el sector de Camarico, afectando directamente a un predio agrícola de la zona. Según los primeros antecedentes, los antisociales sustrajeron un tractor marca Same, color salmón a rojizo, un coloso azul de doble puente y una importante cantidad de fertilizantes.

De acuerdo con el relato de los afectados, las huellas fueron seguidas hasta el río San Julián, donde los ladrones habrían realizado un trasbordo en la ribera, para luego continuar la huida en otro vehículo de mayor tamaño.

Los agricultores afectados expresaron su profunda preocupación, señalando que se trató de una operación delictiva altamente organizada, lo que refleja el nivel de inseguridad que hoy enfrenta el mundo rural.

“Es muy difícil la situación de nuestro rubro: además del problema climático y el mercado externo, tenemos que lidiar con la inseguridad y el abandono del Estado”, señalaron dirigentes agrícolas de la zona.

A lo anterior se suma que en distintos predios se han registrado también robos de cables de alimentación de pozos, obligando a los productores a reforzar la seguridad con medidas extremas como blindajes en hormigón, instalación de alarmas y puntos de guardia permanente, lo que implica costos mensuales inalcanzables para la mayoría.

Los agricultores hicieron un llamado urgente a las autoridades a reforzar la seguridad en los sectores rurales, advirtiendo que este tipo de delitos constituye una verdadera tragedia para la agricultura, afectando directamente la producción y la continuidad del trabajo en los campos.   La Sociedad Agrícola del Norte (SAN A.G) manifestó su profunda preocupación frente a este escenario y lanzó un enérgico llamado a las autoridades. “La inseguridad en el campo ha llegado a un punto crítico y requiere acciones inmediatas de todas las autoridades”, advirtió María Inés Figari, presidente del gremio.

Desde la organización recalcaron que los delitos no solo comprometen la producción agrícola, sino también la seguridad de las familias que viven y trabajan en el campo. Por ello, exigieron que la seguridad rural se convierta en una prioridad en la agenda nacional.